El presidente de Shell Argentina, Sean Rooney, dijo, en una entrevista con LA NACION, que se requiere ampliar la infraestructura de los oleductos y el acceso a divisas.
Sean Rooney está transitando su cuarto año como presidente de Shell Argentina. Si bien se nota su acento estadounidense, su español es cada vez más argentino. Desde su llegada al país, la empresa anglo-holandesa creció en producción de petróleo, lo que le permitió que el año pasado exportara en promedio el 10% de los 36.000 barriles diarios producidos.
Actualmente, la falta de infraestructura para evacuar el crudo limita el crecimiento de la empresa en el país. Este obstáculo, junto con la restricción al acceso de divisas, son las dos principales causas que impiden acelerar las inversiones en la Argentina.
Rooney conversó con LA NACION en la conferencia de Argentina Oil & Gas (AOG), que se lleva adelante en La Rural y es organizada por el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG). “Es muy grato ver tanta cantidad de jóvenes en la AOG. Para nuestra industria es más desafiante atraer talento técnico o de negocios por razones de cambio climático. Es un gusto ver la cantidad de estudiantes que están aquí, con interés de entrar en la industria, con ganas de trabajar en energías renovables, y en petróleo y gas. Y saben que los desarrollos que hacemos en petróleo y gas dan habilidades que son trasladables a la energía renovable”, destacó.
-¿Cómo se explica que la industria esté en los mejores niveles de producción de petróleo desde 2011, cuando el precio doméstico está muy por debajo del internacional?
-Es interesante el ritmo de inversiones en Vaca Muerta, es una muestra de la riqueza de Vaca Muerta, porque, a pesar de la pandemia y de la caída del precio del petróleo, las compañías, incluyendo la nuestra, seguimos invirtiendo porque tiene un potencial grande para el negocio de Shell y del país. Mirando las inversiones de los últimos años, el incremento de la producción puede ser mucho más. La industria desarrollará Vaca Muerta sí o sí; la cuestión es si se desarrolla al nivel necesario para el mercado doméstico o al nivel de su potencial, como gran exportador y generador de divisas. Ya estamos en el punto de inflexión, a punto de empezar a exportar.
-¿Qué falta para dar el siguiente paso y que la Argentina se convierta en un país exportador de petróleo?
-Primero hace falta la infraestructura. Por la cantidad de incremento de la producción y la calidad de la riqueza del recurso, las ampliaciones del caño que va de Vaca Muerta a Puerto Rosales no fue ampliado al ritmo de la producción, porque subió tan rápido, pero ya están haciendo estas mejoras. Por ahora la infraestructura es la limitación del nivel de producción para exportar. Más allá de la coyuntura de la infraestructura, sigue el tema de competitividad: con los precios actuales de crudo, los costos están subiendo en un mercado donde la mayoría de la producción está vendida al mercado doméstico a un precio muy bajo con relación a los internacionales, por lo que es menos competitivo, y ha sido cada día menos competitivo con la subida de precios. Para llegar al nivel de la potencia de Vaca Muerta en términos de la producción, necesitamos un sistema más competitivo para la inversión en comparación a otras partes del mundo.
-En lo que respecta a la infraestructura, ¿por qué no se amplió antes la capacidad de transporte, teniendo en cuenta que son las mismas empresas productoras las dueñas de Oldelval, la compañía que tiene la concesión del ducto?
-Nosotros no somos dueños. Pero fue una sorpresa para todos. Yo me quejo de que no hicieron las ampliaciones más temprano, pero igual entiendo que el incremento de producción fue sorprendente para todos.
-¿Tuvieron que cerrar pozos por no poder transportar el petróleo?
-Tenemos pozos cerrados por no tener capacidad de infraestructura. Depende del día, pero nos perdemos de vender entre 2000 y 3000 barriles por día. No estamos produciendo hoy, pero vamos a producir todos los meses esa cantidad cuando lleguemos a tener la capacidad. Pero tener capacidad ociosa de producción no genera tanto impacto económico en la demora de la venta, pero impacta en los planes de inversiones, porque no es necesario perforar o completar más pozos, mientras haya capacidad saturada. Los planes de inversiones para el año próximo ya están ajustándose al nivel de la capacidad de infraestructura.
-¿Están dadas las condiciones para que las empresas privadas construyan un segundo oleoducto?
-Pienso que sí. También hay que recordar que está el caño a Chile, de Otasa, que es de YPF, Chevron y Enap. Ellos están trabajando para ponerlo en marcha.
-¿A qué precio venden el barril de petróleo al mercado local?
-Las compañías están vendiendo de US$55 a US$60. El precio internacional es la cotización Brent que se toma de referencia en la Argentina [en US$115 cerró hoy] menos el 8% de retenciones [US$105].
-¿Cuánto está exportando la empresa de la producción local?
-El año pasado podíamos exportar alrededor del 10%. Esperamos hacerlo más este año, pero depende de la capacidad de infraestructura. Tenemos esperanza en las ampliaciones de Oldelval y en la capacidad que podemos llenar. Cada incremento de producción es para el mercado de exportación, porque el doméstico está abastecido.
-¿Cómo es la relación con el Gobierno?
-Tenemos una relación excelente con la provincia de Neuquén, siempre apoya a la industria. El gobierno de la Nación está más abierto, está escuchando. Ayer tuvimos reuniones con el ministro [de Economía, Martín] Guzmán, quien nos dijo que está dándole más importancia a la industria energética como fuente de exportación y generadora de divisas. Y nos preguntó qué necesitan las compañías para hacer el sector más competitivo. Estamos intercambiando ideas. Al fin del día son dos pedidos principales: acceso a dólares, que por ahora están súper restringidos, y precios competitivos.
-¿Hoy, de lo que se exporta, tienen que liquidar el 100% de las ventas en moneda local?
-Sí.
-¿Qué le dicen a la casa matriz de que no pueden girar las ganancias?
-No sé si es bueno o malo, pero por ahora no tenemos ganancias, porque estamos en la etapa de inversiones. En los últimos cuatro años hicimos inversiones fuertes para aumentar el nivel de producción, pero pronto estaremos llegando al punto de generar ganancias y contestar las preguntas de qué hacer con ellas.
-¿De eso dependerá si hay más inversiones?
-Si no es el principal punto, es uno de los de mayor importancia para los accionistas: saber si pueden sacar el retorno de las inversiones que hemos hecho. El secretario de Energía habló ayer sobre el incremento de 50% interanual en la producción de Vaca Muerta. Esa producción es a causa de las inversiones hechas en los últimos dos años. Las compañías luego quieren sacar retorno de esas inversiones.
-Shell invirtió mucho en petróleo, ¿tienen planes de invertir en la producción de gas?
-El gas es el mayor recurso de Vaca Muerta. El gas necesita condiciones estables, aún más que el petróleo, porque no es tan fácil exportar gas. Para ello se necesita una planta de GNL [gas natural licuado] o convertirlo a petroquímicos. Para ellos se requieren entre US$5000 y US$10.000 millones. Para desembolsos tan fuertes de un golpe, los inversores quieren más confianza, acceso a divisas y precios competitivos.
Fuente:
En diseño, sustentabilidad y programación, Añelo Nuevo marca el futuro de la construcción en Vaca Muerta. La finalización del edificio está prevista para finales de XXX.
Mas ande otro criollo pasa Martín Fierro ha de pasar, Nada la hace recular Ni las fantasmas lo espantan; Y dende que todos cantan Yo también quiero cantar.